Todo lo que tienes que saber sobre los LÁCTEOS

Conoce la información básica sobre los lácteos y cómo elegir las mejores opciones para tu saud

¿Los lácteos son saludables?

Desde pequeños hemos visto anuncios donde nos dicen que si queremos tener huesos fuertes, los lácteos son nuestra mejor opción. También nos han dicho que son la mejor fuente de calcio y muchos recomiendan que los niños beban leche todos los días. Pero, ¿en verdad son saludables?

La respuesta es: ¡depende!

Los lácteos que venden en el supermercado en nuestra época son muy distintos de los que consumían nuestros antepasados. Y esos anuncios fueron parte de una campaña muy exitosa a nivel publicitario, pero con poco fundamento científico (y mucho interés económico) detrás.

LO BÁSICO

Para la mayoría de las personas, los lácteos que venden en el supermercado causan inflamación interna. Algunos de los síntomas comunes son congestión nasal, dolor de cabeza, aumento de peso, estómago hinchado, estreñimiento, diarrea, alergias, problemas de la piel (como acné), infecciones, reflujo y dolor de articulaciones. Para quienes tienen una enfermedad específica, los lácteos pueden agravar algunos síntomas propios de esa condición.

En principio, es conveniente evitar los lácteos de vaca y buscar opciones de cabra o de oveja, pues son menos industrializados, suelen contener menos toxinas y aditivos y son más fáciles de digerir.

Sin embargo, aunque sean de oveja o de cabra, lo más importante es revisar estos dos factores:

  1. La CALIDAD. Siempre busca que vengan de animales de libre pastoreo, que fueron alimentados con pasto y que no recibieron hormonas ni antibióticos. Además, queremos que el producto final no haya pasado por procesos agresivos y que no tenga saborizantes, azúcares, conservadores y otros aditivos tóxicos para tu organismo.
  2. Cómo reacciona TU ORGANISMO. La mejor manera de saber si los lácteos te están provocando síntomas es eliminarlos durante 30 días y después reintroducirlos, uno por uno. Si te sientes mejor durante esos 30 días y al volver a consumirlos regresan los síntomas, es muy probable que tengas alguna intolerancia y te conviene evitarlos durante más tiempo (hasta fortalecer tu sistema digestivo) o permanentemente.

LECHE

La leche es rica en nutrientes y en hormonas, ¡es cierto! Pero son los nutrientes y las hormonas específicas que necesita un becerro para multiplicar su tamaño, no los que necesita un niño o un adulto humano para estar saludable.

A esto le sumamos las hormonas que reciben las vacas actualmente para acelerar su producción de leche y los antibióticos que les dan para combatir enfermedades como la mastitis, que es una infección dolorosa en las ubres. Estas substancias llegan a la leche que consumimos.

Por otra parte, hay dos componentes presentes naturalmente en la leche que suelen causar intolerancias. No es sólo la lactosa (el azúcar de la leche), sino también la caseína (una proteína de la leche).

Estos factores hacen que para muchas personas, beber leche no sea lo más benéfico.

Tres recomendaciones si decides incluir leche de vaca en tu alimentación:

  • La leche puede ser fuente de grasas muy saludables cuando es bronca (sin pasteurizar) y procede de animales de libre pastoreo, criados sin toxinas. La leche bronca contiene lactasa, la enzima que necesitamos para procesar la lactosa. Al pasteurizarla, se elimina la lactasa. Por eso algunas personas digieren mucho mejor la leche bronca orgánica que la leche comercial pasteurizada.
  • Hay una especie de vacas que producen la proteína caseína A2 en lugar de caseína A1. La caseína A2 es mucho más fácil de digerir y es más amable con las paredes del sistema digestivo.
  • Evita la leche saborizada y la leche light o baja en grasas. Es muy alta en azúcares y otros aditivos que promueven el aumento de peso y deterioran la salud de niños y adultos.

Si quieres dejar de consumir leche de vaca, puedes sustituirla por leche de almendras o leche de coco, ¡hechas en casa son ideales! Si las compras, revisa que no tengan azúcar añadida, conservadores y otros aditivos.