Checklist para cuando tengas un antojo incontrolable
Los antojos no son simples caprichos de nuestro cuerpo, sino señales de algún desbalance. Si aprendemos a interpretarlos, podremos entender un poco mejor la sabiduría de nuestro organismo entero. Por ejemplo, pueden indicar que nos hace falta un nutriente en específico, que en nuestra microbiota están multiplicándose familias de bacterias que no nos convienen (y que se alimentan de azúcar) o que los niveles de azúcar en la sangre están subiendo mucho (y bajando repentinamente después). También pueden ser señales de alguna emoción que no es tan fácil de identificar —como aburrimiento, estrés, tristeza o soledad— y que puede disfrazarse de hambre o antojo cuando no nos detenemos a explorarla. Puede ser útil hacerte estas preguntas la próxima vez que sientas un antojo insistente. ¿Estoy sintiendo hambre real, un antojo o una emoción?Lo primero es preguntarte si esa urgencia que sientes por comer es realmente hambre o es algo más. Puedes colocar una mano sobre tu abdomen y respirar profundamente dos o tres veces, de manera que el aire llegue hasta el fondo de los pulmones y haga que tu mano se eleve suavemente. Después, puedes repasar mentalmente cómo se siente tu cuerpo. ¿Qué partes están tensas? ¿Sientes algún dolor o incomodidad? ¿Qué sensaciones identificas?
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